La dureza justa

La dureza justa

Lautaro tiene cuatro añitos flamantes como su bicicleta verde, la primera. Va y viene por la vereda delante de casa. Yo tengo a la beba en brazos y lo miro como quien ve un partido de tenis. —Mami, ahora desde arriba del todo —dice entusiasmado. La calle tiene mucho...

Postal de otoño

Postal de otoño

Se desgajó sensual y voluptuosa. Se contoneó en el aire. Osciló.  Fluctuó embriagada por las mieles de la brisa y el rocío. Un hocico atento y felino la avistó en el instante previo a que levantara vuelo. Estridencia, chillido, rasgadura, orfandad.  Es...

Íntimo

Íntimo

La esposa del Doctor es una señora muy ella. Muy ella, se entiende. Nosotros la tratamos lo menos posible. Si ella está arriba, nosotros, abajo. Si baja, subimos. Baja y pasa el dedo por el mueble, a ver si la franela hizo su trabajo. Sale y nos sentamos en...

Sobrevivientes

Sobrevivientes

Llevamos dos o tres días así. “¿Así cómo?” me preguntó la milica que vino a la casa. Me daba mucha vergüenza contarle que no teníamos qué comer.  La semana pasada todo se puso feo para nosotros. Fue después de esa orden de quedarse adentro por lo del virus....

Nuestro último viaje

Nuestro último viaje

—¡Bye, Lady! ¡My lady, lady! !Bye¡¡Bye! —canto.  Tomo entre mis manos la tuya. Está laxa y fría. El maldito cóctel de aromas balsámicos quiere opacar el olor a lavanda de tu piel.   Como si hubiera sido ayer, recuerdo nuestra primera aventura. Fue hace...

Un castillo peculiar

Un castillo peculiar

Oscar trepa los últimos metros que lo separan del castillo de Neuschwanstein. Enclavado en la zona más verde y elevada de Bavaria, de cara al Tirol, tiene la fama de ser el más extravagante de Alemania por su estilo caballeresco medieval, aunque fue construido por...

La maldad intrínseca de los objetos inanimados

La maldad intrínseca de los objetos inanimados

La gente dice que no cree en las casualidades, pero después se las traga sin chistar. No se ponen a pensar –los grandes, andan siempre muy ocupados– y por eso no se dan cuenta de que, por ejemplo; la silla que se chocó papá la otra noche al salir del baño no estaba...

El tango que no fue

El tango que no fue

Suena el teléfono fijo en mi casa de Atenas. Yo estoy dándome un baño de inmersión y mientras tanto tomo mate. Me levanto a toda prisa, chorreando jabón, agarro la toalla al vuelo y con el movimiento tumbo el mate dentro de la bañera. ¡Qué boluda! —¿Quién será a esta...

La cautiva

La cautiva

Que no me encuentren los Huincas… ellos no entienden nada —repite la mujer con una letanía casi inaudible que el viento sur esparce mientras despeina los pastizales—. Ay Diosito, que no me encuentren. Se arrastra a los tumbos con los pies destrozados y el cuerpo...