Se desgajó sensual y voluptuosa. Se contoneó en el aire. Osciló.
Fluctuó embriagada por las mieles de la brisa y el rocío.
Un hocico atento y felino la avistó en el instante previo a que levantara vuelo.
Estridencia, chillido, rasgadura, orfandad.
Es efímero el deleite del follaje mustio.